viernes, enero 25, 2008

palabras con cueNto


literoterapia
[elías]

Es frecuente que en el trabajo redactemos informes entre varios compañeros, a medias. Por lo general alguien lanza una primera versión. Depués, el resto van dando pasadas para mejorarlo incorporando detalles, sintetizando, etc. Dejando al margen la conveniencia para nuestro trabajo de redactar buenos informes, ocurre algo muy curioso con esta práctica. A pesar de lo formal y técnico de los informes lo cierto es que es posible reconocer al compañero de trabajo en el informe. Algo de su forma de hablar y pensar se cuela entre los tecnicismos y formalidades.

Aunque un poco mágico, todo esto es normal por habitual. Ya no nos extraña a nadie. Lo que motiva mi comentario viene después, cuando un informe sin mayor interés, reveló ciertos síntomas, cierta patología. ¿Es posible reconocer la enfermedad de uno de mis compañeros de trabajo por su forma de escribir? No. Por eso me callé la primera vez, aunque luego comprobé que era cierto. Una virulenta gripe tendría a Roberto casi una semana de baja , tal y como el tono de su informe, nasal, denso y deslabazado, había presagiado.

Estuve atento después. Pronostiqué más de una enfermedad con toda precisión. ´También descubrí algún farsante que desde casa y por teléfono se escusaba por no poder venir a trabajar a causa de su mal estado mientras yo leía su informe: vigoroso, abundante. En algunos casos me quedaba en blanco, reconocía los síntomas pero desconocía la enfermedad. La lectura de libros médicos redujo estos casos notablemente y me dio la seguridad que necesitaba.

Luego abrí mi consulta. No solo diagnostico, también curo. Descubrí que podía tratar los síntomas, que si él paciente corregía las expresiones enfermizas de su informe, sanaba. Lo llamo literoterapia y aunque tiene detractores cada vez más gente confía en ella. Ahora trabajo ahora en una serie para televisión, se titulará "Higiene literaria, escriba bien y evite la enfermedad". Cientos de casos me avalan y yo mismo practico la sana ligereza en mi escribir. Pero esto usted seguramente ya lo había notado, ¿verdad?